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Aeropuertos de México y Europa Afrontan Retrasos por Clima y Ciberataques; Expertos Despolitizan Cierres por Seguridad

Published on: 30 September 2025

Aeropuertos de México y Europa Afrontan Retrasos por Clima y Ciberataques; Expertos Despolitizan Cierres por Seguridad

¡No falla!, cuando los fenómenos climáticos afectan las operaciones aeroportuarias, las redes sociales y medios de comunicación tradicional aprovechan este tipo de eventos para usarlos como golpeteo político; recurso vulgar, sin duda, pero se utiliza.

Una de las principales razones por las que escribo esta columna, es porque quiero darle a conocer al común de la gente el maravilloso mundo de la aviación; por ello no puedo pasar por alto información amarillista que, con otros fines, desvirtúa el trabajo profesional de un montón de gente.

Dicho esto, entremos de lleno a la materia. Y es que en los últimos días, y como consecuencia del cambio climático que aqueja al planeta, la Ciudad de México ha experimentado lluvias “atípicas”, o dicho en buen español, “ha llovido muchísimo más de lo normal”, lo que ha generado desde encharcamientos hasta inundaciones en diferentes puntos de la capital y, por supuesto el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), se ha visto afectado por estos fenómenos meteorológicos.

Y como comentaba, no faltó quien -literalmente- llevó agua a su molino y utilizó a las lluvias para golpear a la actual administración. Tal es el caso de la “periodista” Lourdes Mendoza, quien incluso publicó una columna en El Financiero diciendo: “Siempre que llueve el AICM cierra operaciones, dejando a la capital del país incomunicada”.

Yo le respondí en la red social Twitter (ahora llamada X), que a nivel global todos los aeropuertos cierran sus operaciones aéreas cuando las condiciones climáticas son adversas y lo hacen en aras de brindarle una mayor seguridad al pasajero.

Por esta razón, siempre, desde que la aviación comercial existe, los aeropuertos dejan de operar si algo, cualquier cosa, afecta su seguridad. Incluso, los protocolos de seguridad se han ido incrementando y endureciendo a la par que la ciencia y la tecnología nos permiten tener más información.

Exactamente hace una semana escribí sobre el ciberataque que sufrieron varias terminales aéreas en Europa, que terminó desquiciando a importantes aeropuertos como los de Heathrow-Londres, Berlín, Bruselas y Dublín. Por supuesto, tal afectación generó molestias a los usuarios, pues sus vuelos fueron demorados o de plano cancelados.

No fue cosa menor, pues un total de 170 terminales aéreas fueron afectadas el fin de semana antepasado en distintos países de Europa. Imaginen ustedes el caos, justo al final del verano y todo por culpa del software de la empresa norteamericana Collins Aerospace.

Por supuesto que tal desbarajuste no se compara con el cierre de operaciones del AICM. Sí, por supuesto que varios vuelos fueron desviados, pero las consecuencias no tienen nada que ver con el “apocalipsis” que algunos quisieron denunciar en las redes sociales. Y solo para ejemplificar, les cuento que me topé con una joya, hecha pública por la directora editorial de la revista Etcétera, que escribió en un post de X lo siguiente:

“Atrapada en el AIFA en contra de mi voluntad porque tras la tremenda tormenta en el oriente de la CDMX el AICM colapsó, se quedó sin luz y ahora no tiene capacidad para recibir los vuelos.

“Enfrente de mí, el titular de la secretaría de Educación Pública, Mario Delgado (@mario_delgado), que se quería bajar pero como no es camión, le respondieron: ‘aquí no joven’.

Así las cosas, Aeropuertos inoperantes gracias al populismo obradorista.”

Yo solamente quiero decirle a Alejandra Escobar que este tipo de eventos siempre se han dado, independientemente de quién esté gobernando. Es irrelevante si es el PRI, el PAN o Morena. Y, ¿saben una cosa? Se seguirán presentando, porque no dependen del ser humano, son cuestiones climáticas.

Normalmente no lo haría, pero la angustia expresada por la señora me hace pensar que es necesario explicarle que jamás fue “atrapada en el AIFA contra su voluntad”, porque al comprar su boleto aceptó que la aerolínea podía hacerlo en caso de ser necesario.

Y lo planteo así: tanto a ella, como al resto de los pasajeros les pudo tocar que los llevaran a cualquier otra terminal aérea del país, y lo mismo pasaría si se trata de un vuelo internacional, porque está establecido que por causas de clima adverso, el vuelo debe ser desviado a un aeropuerto “alterno”.

Así se les denomina a los aeropuertos que están alrededor de la terminal aérea afectada por eventos meteorológicos que vulneren la seguridad del vuelo y comprometan la vida de los pasajeros.

Sin duda, estos cambios son molestos no solo para los pasajeros y las tripulaciones, sino también para las aerolíneas, que en términos económicos son las que más pierden. Pero del posteo de la pasajera queda claro que más allá de haber sido desviada, lo que más le molestó fue que la llevaran al AIFA y de ahí se agarró para criticar sin consideración ni reparo o “despotricar”, según el diccionario.

Por ejemplo, asegura que esto solamente sucede por culpa de los gobiernos obradoristas y le puedo asegurar que no es así. Siempre que algún fenómeno climático y/o adverso comprometa la seguridad aérea, el aeropuerto en cuestión está obligado a parar operaciones.

Y no solamente sucede en el AICM. En semanas pasadas, por situaciones similares se vieron afectados aeropuertos que son gestionados por grupos aeroportuarios privados, como Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP), que el 29 de septiembre informó: “derivado de condiciones climáticas adversas por la presencia de tormenta eléctrica sobre el aeropuerto de Guadalajara es posible que la operación de los vuelos podría verse afectada”.

Comunicado sobre el mal tiempo de Viva

También pudimos observar esto el día 19 de septiembre cuando Grupo Aeroportuario Centro Norte (OMA) informó lo mismo por una tormenta eléctrica sobre la zona del aeropuerto de Monterrey.

Comunicado sobre el mal tiempo en el aeropuerto de Monterrey

Es obvio imaginar que también se afectan los aeropuertos en el extranjero; tal es el caso del Aeropuerto de Costa Rica. El día 24 de septiembre Volaris informó de las afectaciones, ya que las operaciones de dicho aeropuerto estaban temporalmente suspendidas.

Sabemos que desviar los vuelos a otros aeropuertos es fastidioso, aunque sea en aras de garantizar plenamente la seguridad de los pasajeros. Al final, a quienes más se les afecta es a los trabajadores de las diferentes áreas de las líneas aéreas, pues son ellos quienes tendrán que hacer malabares para recuperar las demoras.

Todo lo que tienen que hacer no crean que “dura un rato”; las acciones y medidas a tomar pueden tardar hasta una semana, porque en la aviación, un solo vuelo retrasado genera un efecto dominó que repercute en toda la planeación; se descuadra la asignación de equipos, a las tripulaciones se les vence la jornada, empieza la cascada de cancelaciones de boletos y las reclamaciones se cuentan a carretadas. De verdad, es una labor titánica recuperar la normalidad en tiempo récord, y aunque sea inevitable, en la aviación sabemos que el mal clima es nuestro peor enemigo.

Por último, quiero dejar en claro un punto: supongamos que se hubiese seguido con la construcción del NAIM y hoy estuviese operando; las lluvias tan intensas que hemos tenido lo habrían obligado a parar operaciones y los vuelos se habrían redirigido a terminales aéreas alternas como Acapulco o Veracruz, porque el AIFA no existiría y seguiría siendo solo la base militar de Santa Lucía.

De verdad, el clima no sabe de partidos políticos y las afectaciones se dan sin importar preferencias partidistas. Por eso no me canso de decir que la aviación está por encima de los colores de los partidos.

Sepan ustedes que el clima no es nuestro único enemigo o la única causa por la que se cierre un aeropuerto. También se afecta cuando se cierran las pistas o calles de rodaje y esto puede suceder, por ejemplo, cuando quedan inoperativos los sistemas de aeronavegación o se restringe el espacio aéreo. En esta ocasión fue el clima y al final los usuarios llegaron a sus destinos seguros y eso es lo que se debe destacar.

Lo acabamos de ver, no importa si el aeropuerto es gestionado por el gobierno o por un privado, estos eventos se seguirán dando, ya que no controlamos el clima. Y que quede claro, la aviación siempre busca la seguridad por encima de todo. Las líneas aéreas y los aeropuertos, a través de sus redes sociales informan siempre cuando se presentan este tipo de eventos, información siempre hay.

Lo que pasa es que hay gente que prefiere utilizar sus redes sociales o sus columnas de opinión como Lourdes Mendoza, quien de forma por demás amarillista, utiliza el cierre de un aeropuerto como si fuera el fin del mundo y fuera culpa de la actual administración.

Nací en 1976 y puedo decir que desde entonces uso el transporte aéreo. Sé que los cierres de los aeropuertos por cuestiones climáticas adversas siempre han existido. En 1998 entré a trabajar en la industria aérea y desde entonces, para mí fue mucho más palmario este hecho. Hoy, con más de 27 años dentro de la hermosa aviación, sé que la seguridad siempre será prioridad y que todo lo que se hace es por el bienestar del pasajero, desde desviar una aeronave al alterno o de plano, cancelar el vuelo.

[SRC] https://www.sdpnoticias.com/opinion/el-mal-tiempo-y-los-aeropuertos/

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