Muriel Feiner Captura el Inicio de la Feria de San Miguel 2025 en Sevilla
La lente de Muriel Feiner capturó la intensidad del 22º festejo del abono 2025, la primera corrida de la Feria de San Miguel en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, celebrada el viernes 26 de septiembre. La tarde contó con toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés para Juan Ortega, David de Miranda (sustituyendo a Manzanares) y Pablo Aguado.
Una Corrida Exigente en la Maestranza
Los toros de Victoriano del Río, de bella estampa y afilados pitones, mostraron mansedumbre en el caballo y codicia en banderillas, pero exigieron firmeza en el tercio final, a excepción del primer toro, blando y falto de casta. La corrida demandó toreros dispuestos, rebosantes de valor y entrega. Los tres diestros, conocidos por su arte, se enfrentaron a toros de escasa clase y recorrido corto, pero de mucho genio y miradas comprometedoras.
David de Miranda: Valor y Entrega en su Regreso
David de Miranda, sustituyendo a Manzanares, regresó a La Maestranza dejando una huella imborrable. Demostró que su toreo no solo se basa en el efectismo, sino también en un valor desmedido que levanta pasiones. Se enfrentó a su primer toro, de corto recorrido y reacio, plantándose en el albero y aguantando los arreones de un animal áspero. Inició su faena con dos grandes verónicas y un ceñido quite por saltilleras, respondiendo a otro de Pablo Aguado por chicuelinas. Concluyó con muletazos de poderío, bernadinas ajustadas y una estocada final. Ante el quinto, tras un quite providencial a su subalterno, aguantó una catarata de malos modos, aunque la faena no alcanzó el brillo deseado.
Juan Ortega y Pablo Aguado: Detalles de Calidad
Juan Ortega no pudo lucirse ante el primer toro, blando y deslucido. Sin embargo, destacó ante el cuarto, el más completo de la corrida, que cumplió en varas, demostró alegría en banderillas y embistió con codicia. Ortega se gustó por bajo con la zurda y la derecha, esforzándose por acoplarse a la embestida repetidora de su oponente. Destacó en un quite de dos verónicas y media, y en otro por templadas tafalleras en el sexto. Pablo Aguado brindó su sexto toro a Salvador Núñez, picador de su cuadrilla que se retiraba. Sin embargo, no pudo ofrecer una faena de triunfo ante un animal al que le costaba repetir la embestida. Tuvo detalles de calidad y buen gusto, pero no más. El tercero fue incómodo y sin clase, y al último lo recibió con buenas verónicas. Durante la lidia del último toro, el subalterno Francisco Javier Sánchez Araujo sufrió una cornada de 10 cm en el muslo izquierdo.
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