(ANSA) - TEL AVIV, 05 OTT - Desde el 7 de octubre de 2023, un día en el que el grupo fundamentalista Hamás asesinó a un poco más de 1200 personas entre israelíes y extranjeros en los kibutz del sur de Israel, hasta los 732 días de guerra en la Franja, pasando por el plan de Trump para poner fin al conflicto: la historia de estos tiempos relata una espiral catastrófica de dolor que ha abrumado a israelíes y palestinos.La magnitud de las masacres de hace dos años abrió una herida que no cicatriza, modificando definitivamente el enfoque pacifista de los israelíes de los kibutz en la frontera con Gaza y de toda la izquierda del país.Mientras que del lado palestino, la respuesta del gobierno del premier israelí, Benjamin Netanyahu, ya causó más de 67 mil muertes, en su mayoría civiles.En tanto, las monstruosas modalidades empleadas por los terroristas provocaron un trauma colectivo: niños degollados en sus cunas, adolescentes violadas y asesinadas con un tiro en la cabeza frente a sus padres, soldados decapitados y sus cabezas llevadas como trofeo a Gaza, padres y madres asesinados ante los ojos de sus pequeños hijos, cadáveres cargados en pick-ups y scooters para ser exhibidos en la plaza pública de Gaza.Todo documentado en las redes sociales por Hamás, el grupo que transmitió en vivo por Facebook los videos de la carnicería.Al horror se ha sumado el shock, por lo que a muchos israelíes les han parecido negaciones de los hechos e indiferencia -incluso de organizaciones feministas internacionales- hacia las mujeres israelíes violadas y quemadas.La misma frialdad, se ha subrayado, ha sido demostrada por algunos hacia los niños Bibas, secuestrados, estrangulados y desmembrados en cautiverio. Con un amplio segmento de la opinión pública mundial hostil, desde los primeros días después del 7 de octubre, especialmente entre los jóvenes en Occidente.La guerra en Gaza ha atraído completamente la atención de los medios, llevando a muchos a olvidar rápidamente el horror en los kibutz.Al otro lado de la frágil frontera, los datos difundidos por Hamás afirman que las víctimas hasta hoy son 67.000, sin distinción entre civiles y milicianos.Según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), desde el inicio de la guerra han sido eliminados 25.000 terroristas.Los bombardeos del ejército israelí destruyeron gran parte de las zonas del enclave atacadas.Vista desde arriba, la Franja parece un mar gris de escombros, donde los habitantes se mueven como fantasmas, entre tiendas de campaña improvisadas y esqueletos de edificios.Ahora, los residentes de Gaza City, asediados por el ejército, están todos desplazados hacia el sur.En la ciudad símbolo del poder de Hamás quedan los milicianos, ocultos en los túneles, de donde emergen de repente para llevar a cabo operaciones de guerrilla contra las tropas.Parte de la opinión pública israelí subraya que los medios internacionales pusieron al país bajo acusación, oscureciendo deliberadamente otras catástrofes humanitarias en curso (la peor hambruna con niños muriendo de hambre en Yemen, las limpiezas religiosas y étnicas en Siria y Etiopía, los conflictos en Ucrania y Sudán) para pintar a Israel como "el culpable del mundo".Las imágenes transmitidas desde Gaza lastiman profundamente el sentir común europeo y occidental.Las fotos del sufrimiento están en el flujo constante de los noticieros. Pero no se refieren a los milicianos armados que en sus túneles protegen a hijos y familias, celebrando cumpleaños con cenas abundantes robando ayuda de los camiones humanitarios.Una verdad que los propios gazatíes denuncian y publican en las redes, manifestando el deseo de liberarse de Hamás, de la violencia que aprieta a los habitantes, de las ejecuciones de opositores mostradas por los disidentes.Un mundo incomprensible para quienes no viven en Oriente Medio, donde en 24 meses han ocurrido hechos irreversibles que están cambiando la faz de la región, desde Líbano, Siria, Yemen, Irán, Catar, Egipto.Hoy, 48 rehenes israelíes siguen en Gaza y solo 20 todavía con vida. La esperanza, dijo el primer ministro Netanyahu, es que la buena noticia de la liberación pueda ser anunciada en estos días festivos de Sucot.Israel y Gaza esperan con el aliento contenido que el plan de Donald Trump pase del papel al terreno. Que las armas callen, que los secuestrados regresen a casa, que los civiles palestinos e israelíes puedan volver a la vida. (ANSA).
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