Dinamarca pide perdón por la anticoncepción forzada a niñas y adolescentes groenlandesas
La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, ofreció una disculpa oficial a mujeres y niñas indígenas de Groenlandia que fueron víctimas de la colocación forzosa de dispositivos anticonceptivos, una práctica que se llevó a cabo en muchos casos sin su consentimiento. La ceremonia tuvo lugar en Nuuk, la capital groenlandesa, y representa una admisión pública de una de las políticas más controvertidas relacionadas con el pasado colonial danés en este territorio autónomo.
El reconocimiento del Estado danés
Durante el acto, Frederiksen expresó el pesar del Estado danés: "Solo hay una cosa correcta que deciros hoy: Perdón. Perdón por la injusticia cometida, perdón por lo que os quitaron y por el dolor causado. De parte de Dinamarca: perdón". Esta disculpa marca un punto de inflexión en el reconocimiento de las consecuencias del pasado colonial danés en Groenlandia.
- La anticoncepción forzada comenzó en la década de 1960 y continuó hasta 1991, año en que Groenlandia asumió competencias plenas en sanidad.
- Investigaciones verifican que al menos 4.500 mujeres y adolescentes, algunas de tan solo 12 años, recibieron un DIU o anticonceptivos hormonales sin autorización ni información adecuada.
- La política estatal pretendía reducir la elevada natalidad y los embarazos no deseados, especialmente entre adolescentes.
Testimonios de las víctimas
El testimonio de Katrine Petersen, quien quedó embarazada a los 13 años, ilustra la dimensión humana de estas prácticas. Tras un aborto, médicos daneses le insertaron un DIU sin su consentimiento ni información. "Por mi edad, no sabía qué hacer", relató Petersen, quien sufrió trauma, episodios depresivos y problemas de fertilidad en la adultez. Otro testimonio es el de Britta Mortensen, quien recuerda que a los 15 años le colocaron un DIU al llegar a Dinamarca desde su isla natal, sin su consentimiento y con gran dolor.
Reacciones en Groenlandia
El presidente autonómico groenlandés, Jens-Frederik Nielsen, también intervino en la ceremonia, recalcando el carácter inaceptable de lo ocurrido: "Nos hemos reunido hoy por algo inaceptable. Una disculpa no significa que aceptemos lo ocurrido. Estamos hoy aquí porque no aceptamos lo ocurrido". El primer ministro groenlandés describió el episodio como uno de los más oscuros de la historia de la isla.
Una investigación reciente documentó 410 casos en detalle, basándose en registros médicos y testimonios. La mayoría de las mujeres reportó complicaciones físicas tras las intervenciones. Tras años de silencio, las voces de las sobrevivientes comenzaron a surgir. Naja Lyberth, una de las 143 mujeres que han demandado al Estado danés, explicó que muchas no pudieron tener hijos debido a los anticonceptivos.
Otras políticas danesas hacia la población indígena
Las políticas danesas hacia la población indígena no se limitaron a la anticoncepción forzada, sino que incluirían también la remoción de niños inuit para su “reeducación” en hogares daneses y la supervisión estatal de la competencia parental, llegando a separaciones forzosas. Dinamarca anunció la creación de un fondo de reconciliación para compensar a las afectadas y a otros ciudadanos groenlandeses que padecieron políticas discriminatorias.
Kirstine Berthelsen, a quien le insertaron un DIU a los 14 años sin explicación, sufrió dolor crónico y complicaciones en embarazos. Muchos aún sienten enojo, pero la disculpa podría ayudar a reconciliar. Las políticas buscaban limitar el crecimiento poblacional, pero causaron graves traumas.