Francisco I había optado por centralizar estos asuntos en el Instituto de Obras Religiosas, que cuenta con 5.700 millones de euros en activos bajo gestión
El papa León XIV ha retirado al Instituto de Obras Religiosas (IOR) —conocido como el banco vaticano—, la exclusividad en materia de inversiones financieras, por lo que los diferentes organismos de la Santa Sede podrán recurrir a otros intermediarios establecidos en otros Estados, según se lee en un documento publicado este lunes. Esta nueva “arquitectura” financiera vaticana pretende racionalizar la administración de inversiones.
Aunque en 2022 el papa Francisco I concedió al IOR la gestión in via esclusiva de los patrimonios mobiliarios, ahora León XIV le quita parte de ese poder para redistribuir funciones, dando mayor centralidad al APSA (el organismo encargado de los bienes patrimoniales del Vaticano).
En la orden del papa Coniuncta Cura, firmada el 25 de septiembre, Prevost escribe que “a la hora de determinar las actividades de inversión financiera de la Santa Sede, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica [APSA] hará uso efectivo de la estructura organizativa interna del IOR, a menos que los órganos competentes, según lo establecido en los estatutos del Comité de Inversiones, consideren más eficiente o conveniente recurrir a intermediarios financieros establecidos en otros Estados”.
El pontífice estadounidense y peruano explica que ha tomado esta decisión “tras evaluar cuidadosamente las recomendaciones aprobadas por unanimidad por el Consejo para la Economía y consultar a personas expertas en la materia”. León XIV quiere que no todas las decisiones financieras estén bajo la órbita del IOR, y que haya una redistribución de competencias para dar mayor equilibrio entre distintos órganos vaticanos.
Según el informe de actividad del año pasado, el volumen total de activos de clientes gestionados por el IOR —que incluye depósitos, cuentas corrientes, activos bajo gestión y valores en custodia— ascendió a 5.700 millones de euros frente a los 5.400 millones de euros de 2023.
En el documento conocido hoy también se indica la necesidad de una “responsabilidad compartida” también para las instituciones curiales responsables de las actividades de inversión financiera de la Santa Sede por lo que insta a “que se consoliden las disposiciones surgidas con el tiempo y se definan claramente los roles y responsabilidades de cada institución, haciendo posible que todos converjan en una dinámica de colaboración mutua”.
En la prensa italiana se destaca esta medida como un paso más en el proceso de limpieza y reforma iniciado bajo papados anteriores, especialmente con Francisco I. El llamado banco vaticano ha vivido enormes escándalos en el pasado y ahora goza de una mayor transparencia y confianza.
Aunque la Santa Sede cuenta con sus propios recursos para administrar su patrimonio y su personal, el poder económico de la Iglesia Católica va mucho más allá. Cada una de las congregaciones religiosas cuenta con sus propios activos: edificios, colegios, hospitales, inversiones, y tiene una amplia autonomía a la hora de gestionarlos.
En España, hay varias gestoras de activos y fondos de inversión — iCapital, Altum Faithful y Portocolom— especializadas en administrar el dinero de organizaciones católicas. También los bancos privados tienen unidades específicas. Unos y otros gestionan este dinero de acuerdo a principios católicos, aunque con diferente rigor en su aplicación.
[SRC] https://cincodias.elpais.com/fondos-y-planes/2025-10-06/el-papa-retira-al-banco-vaticano-la-exclusividad-de-las-inversiones-de-la-santa-sede.html