No hay forma de poder opacar el gran instante que vive el proyecto de la Cuarta Transformación. La narrativa de la oposición, de risa. Tan solo es una fachada para sucumbir lo mal que la están pasando como contrapeso, incluyendo algunos actores que, de por sí, tienen bien puesta la camiseta del conservadurismo. Eso, por una parte, resulta hasta un aspecto humillante. Vemos montajes de imágenes personalizadas de supuestos encuentros de AMLO con líderes que, en su momento, fueron prófugos de la justicia. Vaya manera tan grotesca de intentar manchar la imagen del movimiento. Quienes se están dedicando a esa tarea, aprovechando la inteligencia artificial, están haciendo el ridículo ante la opinión pública, sobre todo cuando se ventila a la luz.
Pero la oposición, que no toma en cuenta el inmenso respaldo de la presidenta, se sigue mostrando ante los ciudadanos tal como siempre ha sido. Lo que no saben, que el mismo tiempo nos ha demostrado, es que la guerra sucia, de manera paradójica, fortalece más al proyecto de transformación. Es más, ni siquiera provocan un impacto los de la derecha. Les dura muy poco el lapso para poder desahogar su frustración. Eso, por su parte, no es tomado en cuenta como un tema de importancia en la agenda de Claudia Sheinbaum. No tiene ningún sentido enfrascarse con el PRIAN a sabiendas de que, de norte a sur, el proyecto sigue dando frutos sustanciales a poco menos de cumplir un año exacto desde que tomó protesta.
Es una minoría la que muestra su descontento a un proyecto que, como dijimos, tiene larga vida en el poder institucional. No es solo compartir la marca de un partido, sino el legado que dejó el propio Andrés Manuel López Obrador. Sustituir esa imagen, al interior de un movimiento, requiere de un enorme liderazgo y poder político. Claudia Sheinbaum cuenta con ello y, por ende, se ha mostrado a la altura de las circunstancias. Para no ir más lejos, ha superado todos los récords tanto de aprobación como de trabajo. Impulsar esa política, sin duda, le ha traído datos alentadores que hemos visto reflejados en las propias encuestas de opinión. La brecha de la desigualdad se ha reducido porque, a diferencia de otros sexenios, más de 13 millones de mexicanos salieron de una condición precaria y, por consiguiente, mejoraron su calidad de vida.
Se han hecho públicos todos los avances sustanciales que, hasta el día de hoy, han aterrizado en el país. Se ha superado, por ejemplo, el flujo de las inversiones con apuestas millonarias. Su esencia, con una base de ideas integrales radica en el Plan México y los Polos de Desarrollo. Eso, que no es otra cosa más que el fortalecimiento de las políticas públicas, ha permitido abrir la puerta a nuevas oportunidades. Puebla y Michoacán fueron pioneros, pero, de igual manera, vienen empujando fuerte otras entidades que, por justicia social, merecen adentrarse a ese universo de las posibilidades. De hecho, se promueve esa innovación y vanguardia con el potencial que constituye la frontera de Chiapas, del sur de la nación. Promover ese trabajo integral del gobernador, sin duda, ha traído resultados tangibles, como la gestión para que los límites fronterizos puedan encaminar a agilizar la gestión para que instrumentos musicales puedan llegar a manos de niños y niñas.
Como sabemos, Chiapas es frontera con el sur del país. La búsqueda de nuevas oportunidades, por obvias razones, radica en los mecanismos de desarrollo que se pongan en marcha. Ahora que el sur continúa recibiendo el apoyo, se abren nuevas brechas para permear a políticas que, a su vez, sean un puente para la movilidad, la generación de fuentes de empleo y la misma seguridad, ahora que la pacificación es una realidad. Todo eso, desde luego, da forma en la rendición de cuentas que la presidenta constitucional ha dado en las entidades. Ya recorrió por completo aquella parte de la geografía. Faltan algunos enclaves del centro del país. El mensaje, por supuesto, lleva consigo progreso y el anhelo de continuar caminando por el proceso de la transformación.
Estos días, en concreto, estamos viviendo el último tramo de trabajos de Claudia Sheinbaum antes de cumplir el primer año al frente del despacho del Ejecutivo federal. De hecho, desde que se apostó en las inmediaciones de Palacio Nacional ha respondido. Se metió de lleno a la continuidad y puso en manejo uno de los andamiajes más completos de la historia contemporánea a través del Plan México y los Polos de Desarrollo. Eso ha permitido, hasta ahora, tener un peso mexicano fuerte, lo mismo que nuevas oportunidades para que la industrialización sea, en sí, el motor de impulso del potencial de los recursos naturales con los que cuenta la nación. Eso ha convenido a las empresas extranjeras para abrir espacios de trabajo. Hace una semana, en efecto, se anunció desde la mañanera una apuesta multimillonaria para poner en funcionamiento campos tecnológicos. Casi 9000 empleos están contemplados. Eso es parte del buen manejo de las políticas, pero de igual manera, de la honestidad, el humanismo y el compromiso de la 4T, que se viene informando en la gira de la jefa de Estado.
Ella es, aunque le duela a la oposición, la única que no solo marca la pauta y la agenda, sino quien de verdad le cumple a la población civil.
[SRC] https://www.sdpnoticias.com/opinion/el-ultimo-tramo-de-sheinbaum/